Todavía hay millones de niños en el mundo entero tristes, hambrientos, sin familia, abandonados, sin un techo donde cobijarse, niños que sufren y mueren. Niños que padecen hambre, explotación, enfermedades endémicas, injusticias, analfabetismo, abandono, ...
Los niños de cualquier lugar del mundo deben gozar de sus derechos, tienen derecho de crecer y desarrollarse con buena salud, a disfrutar de una alimentación adecuada, una vivienda digna, servicios médicos y educación. También necesitan amor y comprensión.
Si poco a poco vamos consiguiendo que todos estos derechos se lleven a cabo, favoreceremos la cultura general de los niños y les permitirá estar en igualdad de condiciones, tener las mismas oportunidades, desarrollar sus aptitudes, su sentido de responsabilidad moral y social, y así poder llegar a ser un miembro útil dentro de la sociedad.
La finalidad más importante es que los niños puedan gozar de una infancia feliz y de un bienestar pleno.